Un claro ejemplo de ciudad habitable. No muy grande, aire limpio, bien cuidada, casas bajas, sin rascacielos, aceras anchas, árboles enormes que dan sombrita y refrescan, plazas tranquilas por todos lados, tráfico fluido, agua pura de los Andes y para terminar, un parque (el de San Martín) tan grande como la propia ciudad. Ah! Y no hablemos de sus vinos....
Alcaldes: tomen nota
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